
William J. Mitchell escribe sobre las ciudades del siglo XXI. Las caracteriza como sistemas de lugares inteligentes, innovadores a partir del equipamiento electrónico, que desarrollan los programas que activan dichos lugares y los hacen útiles.
Estas ciudades inteligentes atenderán, anticiparán y responderán a nuestras necesidades diarias de innumerables maneras, a escala de la vestimenta, de las habitaciones, de los edificios, campus y barrios, de las regiones metropolitanas y de las infraestructuras globales.
El futuro estará servido por robots, como un ensamblaje de múltiples aparatos inteligentes de intercomunicación, altamente especializados y distribuidos geográficamente, que podrán extraer la información que necesiten de fuentes lejanas.
Las consecuencias sociales son profundas:
El futuro estará servido por robots, como un ensamblaje de múltiples aparatos inteligentes de intercomunicación, altamente especializados y distribuidos geográficamente, que podrán extraer la información que necesiten de fuentes lejanas.
Las consecuencias sociales son profundas:
- Las organizaciones se fragmentan y dispersan,
- incrementa la diferencia entre los más y menos privilegiados,
- los centros urbanos no se mantienen,
- la vida pública comienza a desaparecer.
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